1303, reinando Jaime II de Aragón, había
entregado al Monasterio de Piedra las salinas
de Abanto a cambio del castillo de Villafeliche.
Desde el punto de vista
político-administrativo, fue
aldea de la Comunidad de aldeas de Calatayud,
encuadrada en la sesma del río Ibdes,
estando luego encuadrada en el Merinado de Calatayud,
Sobrecullida de Tarazona (1446), para pasar
a la Sobrecullida de Calatayud en 1495, luego
Vereda de Calatayud (1646) y Corregimiento de
Daroca (1711-1722), para ser incorporada al
Corregimiento de Calatayud
entre 1785 y 1833. Ha sido aldea hasta 1711
contando con ayuntamiento propio desde 1834.
Pertenece al partido judicial de Daroca,
agregándose en 1887 la entidad de Pardos.
En la nueva ordenación comarcal , establecida
por la Diputación General de Aragón,
queda encuadrada en la Comarca de Calatayud.
Eclesiásticamente, las
primeras referencias históricas nos remontan
a 1279, cuando estaba encuadrada en el arcedianato
de Calatayud, englobándose en la actualidad
en el obispado de Tarazona.
Entre los datos de interés
del municipio hallamos en los textos históricos
la posibilidad de que el mítico hidalgo
Rodrigo Diaz de Vivar, el Cid Campeador,
recorriera las proximidades del municipio,
cercano al lugar deshabitado de Pardos.
La declaración de los restos del entorno
de Abanto nos retrotraen a un tiempo pasado
con poblaciones de diferentes culturas. Así,
la zona denominada Castillo, en la parte alta
de la localidad y la torre de argamasa derruida
a causa de una tormenta de junio de 1962, han
sido y son parte de los restos de un pasado
cierto.
Restos presentes hoy en día
nos hablan del asentamiento musulmán
en Abanto, son los arcos de media herradura
en la entrada de algunas de las casas, o el
uso en escudo y bandera de las figuras del torreón
y la media luna, clara reflejo de la presencia
musulmana.
Otros de los vestigios que nos ayudan a mirar
y comprender el pasado es el molino, construcción
de los siglos XIV-XV y Casa las Bolas, del mismo
periodo, y en la que puede apreciarse el contorno
de un fresco de la virgen.
El arte eclesiástico tiene su exponente
atractivo en el retablo de la Iglesia de la
Asunción, proveniente del Monasterio
de Piedra que sufrió el traslado como
consecuencia de la Desamortización de
Mendizabal en 1833.
Los primeros años del siglo XX traen
el pico máximo de población en
Abanto y su pedanía Pardos, hoy en día
deshabitada, pero con interés turístico
por sus restos. |